sábado, 14 de julio de 2012

Lucía Etxebarria opina sobre el "que se jodan"

Andreíta dijo claramente "que se jodan". No, no dijo "pepsi cola" porque no se ve en el vídeo a ningún camarero paseando por allí. No, el exabrupto no está dirigido a la oposición, dado que la oposición en ese momento no gritaba. No, el vídeo no está manipulado, y eso ha quedado probadísimo. No, no se podía dirigir a nadie más que a su Presidente y no podía referirse a otra cosa que la que había dicho. Andrea no hacía más que repetir lo que había dicho el Presidente. Porque el Presidente había venido a decir lo mismo: Que nos jodamos.

Porque la debacle financiera española llega desde debacle general de las cajas de ahorros, que habían pedido dinero prestado al BCE. Como sucedió con Bancaja, entidad que prestó un millón de euros a Andreíta y que prestó el dinero para el aeropuerto de su papá. La debacle finaciera actual se debe a la mala gestión, a la codicia, al amiguismo y al chanchullismo generalizados, amiguismo y chanchullismo que representa la familia Fabra. Los que nos han arruinado quieren ahora que nos jodamos. Porque ellos están cubiertos con sus planes de pensions
 
Un año antes de licenciarse en derecho, Andreíta Fabra ya tenía un puesto dentro de la ejecutiva provincial del PP. Su mérito: Ser hija de su padre.

En 2008, se convirtió ya en Senadora por designación directa autonómica: A dedo, no electa por los ciudadanos. De ahí, a diputada.

Desde entonces Andrea Fabra cobra dietas por ser diputada provincial, pese a que reside en Madrid, en un chalet que costó un millón de euros. Millón de euros que le prestó Bancaja, entidad que se aruinó percisamente por conceder créditos hipotecarios, y por gestionar proyectos ruinosos, como por ejemplo, el Ayuntamiento de Castellón. Bancaja hubo de ser rescatada con dinero público, de todos los ciudadanos. Nosotros le pagamos a Andreíta su sueldo, sus dietas fraudulentas y su casa.
 
El aeropuerto de Castellón abrió sus puertas hace más de un año y aún no ha visto un avión. Más probable es que siga así por un tiempo, por lo que aún se está debatiendo si conceder una licencia. El aeropuerto de Castellón fue construido en la promesa de los parques temáticos de futuro que todavía están por llegar, por lo que las previsiones futuro son sombrías. En su entrada preside el desierto paisaje una estatua de 24 metros del artista Juan Ripollés que representa al eximio Carlos Fabra, ex presidente de la Diputación de Castellón y actual presidente de la Generalitar Valenciana, que encargó el proyecto y ha sido varias veces investigado por corrupción.

Los gastos que lleva generados: Más de 155 millones de euros en su construcción, 30 millones en publicidad, 35 millones al año en mantenimiento y 84.000 euros anuales en el sueldo del director general, Juan García Salas, que, evidentemente, no dirige nada.
 
Sin contar la enorme escultura del Eximio que preside la rotonda de acceso principal a las instalaciones y que ha tenido un coste de 300.000 euros.

Este aeropuerto se construyó con la única intención de recalificar los terrenos del amigo íntimo de Fabra.

En cuanto a Bancaja, la caja valenciana y el banco filial han sido un verdadero filón para los directivos que contribuyeron a su hundimiento, antes de integrarla en Bankia. Así, Domingo Parra, ex consejero delegado de Banco de Valencia. pactó una indemnización de 7,1 millones que él asegura que no ha cobrado. Era la mano derecha de José Luis Olivas, presidente de Bancaja, que se vio obligado a renunciar a su indemnización cuando salió de Bankia pero no al plan de pensiones, además de recibir 1,7 millones en 2011.
 
Andreíta Fabra es esposa de Juan José Güemes, quien, durante varios años, fue consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid. Elegido a dedo, también.

Este señor es bien conocido por haber dicho que "los gays son homosexuales con título que solo quieren cobrar subvenciones y prebendas".
 
Entre lo más destacado, cuatro planes de pensiones, cuatro: Uno con la Mutualidad de Abogacía (12.040 euros), otro de Telefónica (31.789 euros), uno de La Caixa (10.531 euros) y otro más con esta entidad (1.239 euros). El de Telefónica lo consiguió tras trabajar cuatro años, cuatro, con esta compañía bien conocida por contratar a gente "por ser vos quien sois" (recordemos que a día de hoy Urdangarín sigue cobrando dos millones de euros al año de esta gente).

También llama la atención el 50% de un préstamo hipotecario (vencimiento en 2034) con La Caixa por valor de 541.000 euros

Eso: Que nos jodamos.

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