Ese dinero se lo han ahorrado los propietarios de las SICAV mientras el conjunto de los contribuyentes hacían esfuerzos adicionales para sostener los gastos del Estado. Entre 2012 y 2016, la recaudación fiscal subió de 212.700 a 231.500 millones de euros, lo que supone un incremento de 19.000 millones, cercano al 10%. De esta última cantidad, la mayor parte (11.000 millones de euros) procedían del IVA, que soportan todos los consumidores, y otros 2.000, del IRPF.
El vehículo preferido por las grandes fortunas para canalizar sus inversiones tributa al 1% nominal en el Impuesto sobre Sociedades (IS), mientras que el resto de las empresas lo hace actualmente al 25%. La diferencia fue aún mayor hasta que en 2014 el Gobierno de Rajoy decidió rebajar escalonadamente el tipo general, que entonces era cinco puntos más alto. También gozan de un tratamiento especial en dicho impuesto las cooperativas (20%) y los nuevos emprendedores (15%), aunque la diferencia con las SICAV es notable.
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