Una vez despejados los grandes y graves asuntos que tienen consumidas las esperanzas del pueblo, ¡ahora sí!, ahora toca hablar de elecciones políticas. Ahora es el mejor momento, una vez que no hay temas más importantes, de ocuparse en difundir los trapos sucios que unos airean contra los otros. Que si el Faisán del chivatazo, que si el Gürtel del Camps, que si los niños de Chaves, que si los Eres de Griñán… Erre que erre, incluyendo las actas de Eta, la excarcelación precipitada, anómala, pactada y mil cosas más de un tal Troitiño, criminal para más señas, que debería haber cumplido 2000 años de cárcel pero que no puede estar más de treinta o incluso veintidós. Toca hablar de sucesores de Zapatero, que si este o aquella otra, a la búsqueda de un sustituto según Pepiño Blanco que apuesta más por aquel que por aquella por mucha mili que haya hecho.
En definitiva los temas de actualidad no dejan lugar a dudas de que la Crisis no es noticia y ya se sabe cuando algo no es noticia es que va bien. Aunque eso de que va bien puede significar que efectivamente sigue tan mal que ya no es noticia. De todas formas miremos alrededor porque mucho se ha escrito sobre aquello de que no siempre lo importante es lo que los medios de comunicación proyectan. Cuando en el ajetreado ir y venir por nuestras calles los negocios se cierran, que cada vez hay más desempleados y desempleadas buscando empleo o en qué ocupar su tiempo, porque hace meses desistieron de esta tarea imposible, cuando los familiares te comentan que tal o cual está en paro y a ver si sabes de algún empleo, cuando la tendera se queja amargamente de la bajada del consumo. Cuando el del taller te dice que los propietarios de los vehículos reparados no acuden a retirarlos porque no tienen dinero para pagar la factura, cuando…. ¿Qué nos dice la realidad cotidiana que nos rodea?.
La crisis continúa y se agudiza, siguen sin venir los 9000 millones de euros chinos prometidos por Zapatero, cual bálsamo de fierabrás, para las cajas de ahorros maltrechas, que hay varias grandes industrias que reducen considerablemente la producción, que otras proponen eliminar empleo con la vieja fórmula del EREs o ERTEs, que los despedidos siguen igual y que los huelguistas de hambre se encuentran más débiles ya que la justicia no regresa después de mucho tiempo de exilio. Pero esa realidad no les importa a los políticos porque ellos van a lo suyo.
Rafael Fenoy
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