Las campañas de marketing y publicidad de bebidas industriales vinculan este tipo de productos altamente procesados e insanos con sensaciones refrescantes y momentos divertidos, induciendo a su consumo a niñas, niños y jóvenes. Este colectivo, más vulnerable ante los mensajes publicitarios, representa un gran interés para la industria de bebidas, que los considera como un gran objetivo de sus estrategias deventa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo tiene claro. Hay que contrarrestar los argumentos de la industria y por eso es imprescindible la implicación de las Administraciones públicas, a través de programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades, medidas fiscales que desincentiven el consumo de este tipo de productos insanos y programas educativos y de sensibilización.
Justicia Alimentaria
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