Mismo sueño, misma tragedia

  
Miles de personas mueren cada año huyendo de la miseria y de la guerra.
  
Los niños y las niñas sufren estos éxodos y sus fracasos. 
  
En cualquier familia buscamos lo mejor para nuestros hijos, y en estos casos, lo mejor es salir de los conflictos de sus países aun a costa de poner sus propias vidas en juego. 
  
Necesitamos repensar las políticas migratorias, las fronteras, y necesitamos garantizar los Derechos Humanos. 
  
Descansen en paz aquellas personas, que a pesar de la valentía de intentar poner fin a una condena, han encontrado la muerte en el camino.