Ahora estamos sin Plan de Igualdad. El anterior 2009-2011 acabó con un estrepitoso fracaso. Resultado "Ningún Avance". Salvo una excepción, en 4 años solo se ha hecho efectiva la corrección del lenguaje, asunto menor en esto de la Igualdad. Se molestan en desglosar el género de las compañeras y compañeros en los escritos pero conviene saber que es un tema que realmente importa a un porcentaje mínimo de mujeres. Son las cuestiones de fondo las que verdaderamente interesan a las mujeres: igualdad en el trato, igualdad de oportunidades, igualdad en el salario a igual trabajo, y comprensión para que sus diferencias no las perjudiquen.
Ni la poca dedicación de la empresa, ni los muchos esfuerzos de los sindicatos han servido para nada. Cansados de decir que si no cambia la cultura interna, solo con comunicados y gestos no vale, porque nada mejora si no se cree en ello. La igualdad es un buen ejemplo de eso. Los únicos movimientos realizados por la empresa son los obligados por la ley, en éste como en otros asuntos.
No se ha elaborado un nuevo Plan de Igualdad porque la empresa sigue sin querer avanzar en este tema y, para esquivar a la Ley, se dedica a marearnos con reuniones que no llevan a ninguna parte. Ahora que hay que volver a empezar se niega, de forma reiterada, a entregar algún dato que nos permita conocer la situación actual y proponer medidas de mejora.
CGT elaboró y envió, hace ya 3 meses, una lista con la información necesaria para hacer el estudio de la situación actual y en todas las reuniones sigue solicitándola pero la empresa sigue diciendo que NO. Y nosotros seguimos diciendo que no vamos a participar en otro P.I. (Paripé de Igualdad).
Lo triste hoy es que, de la información que nosotros podemos conseguir y de las estadísticas que la empresa tiene, no se observa ningún avance en igualdad, más bien se empieza a vislumbrar una tendencia al retroceso, a la discriminación. Como empresa nos costará caro.
Y lo más tremendo no es lo que los datos muestran, sino lo que la plantilla de AtoS vive cada día: presionada para hacer horas extras; obligada a cambiar la jornada laboral; coaccionada para renunciar a su derecho a la reducción de jornada, incluso presionada para abandonar la empresa. De hecho, ahora mismo, hay quejas de mujeres que se sienten acosadas por determinadas personas que las hostigan para que renuncien a su Reducción de Jornada.
Estos actos no los ejecuta un etéreo ente denominado AtoS, esto lo hacen personas concretas, que también tienen familia pero que tienen la desvergüenza de ponerse frente a otras personas y actuar tan vilmente. A pesar de que estos hechos son conocidos, nuestros responsables siguen acomodados en los privilegios de su estatus y auto-engañándose queriendo creer que en esta empresa no hay desigualdades, ni discriminaciones, ni acosos. Así nada mejorará nunca.
Todo esto desequilibra nuestras vidas impidiendo la conciliación familiar y laboral, no solo de ellas sino también la de ellos. Todo esto redunda en problemas de salud, en un penoso clima laboral y en unos deficientes resultados empresariales. Pero nada de esto parecen verlo nuestros dirigentes para decidir y empeñarse, de una vez, en hacer un cambio de verdad. Y no, no es cuestión de la crisis, la desigualdad ya estaba antes, es cuestión de una mala dirección que equivoca y confunde valores e intereses.
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