martes, 27 de septiembre de 2016

La CGT está personada como acusación en el juicio por las tarjetas de Bankia

El 26 de septiembre se inició en la Audiencia Nacional el juicio por las tarjetas 'black' de Bankia, que sienta en el banquillo de los acusados a 66 exconsejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia, entre ellos sus respectivos presidentes, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, para quienes la Fiscalía Anticorrupción pide penas de entre uno y seis años de cárcel por delitos de apropiación indebida, así como diversos representantes de los partidos políticos y de los sindicatos CCOO y UGT en la citada caja, que en conjunto se gastaron con las tarjetas negras más de 15 millones de euros.
 
La Confederación General del Trabajo (CGT) va a actuar en esta causa, por fin y tras varios años intentando personarse y debiendo recurrir a numerosas instancias para obtenerla, como acusación popular, bajo representación y dirección letrada propia, que está siendo asumida por el abogado del gabinete jurídico confederal, Raúl Maíllo. Tras nuestra personación efectiva en la pieza principal del procedimiento hemos podido participar en el pasado mes de julio en todos los interrogatorios, tanto de peritos, testigos encargados del órganos supervisor, o de la CNMV, y los investigados, tanto el representante de la auditora Deloitte, como del socio auditor de dicha firma encargado de Bankia, en relación a su labor auditora y la salida a bolsa de la entidad. Tras el inicio este 26 de septiembre, las sesiones tendrán continuidad durante los meses de octubre, noviembre y diciembre.
 
La CGT tiene representación e implantación en las entidades donde se han producido los hechos objeto del procedimiento, por lo que ha venido denunciando públicamente y ante los organismos correspondientes todo el oscuro proceso que se ha dado en Bankia (antes de la fusión, Caja Madrid y Bancaixa). Nuestro sindicato considera que han sido las plantillas de dichas entidades las perjudicadas en un doble sentido: como empleados y empleadas que sufrieron las consecuencias de la reestructuración del sector con múltiples despidos (mediante un polémico ERE firmado por toda la representación sindical, excepto CGT) y padeciendo dichas condiciones, y también como ciudadanía que ha sido objeto de conductas carentes de toda ética por parte de una minoría, que ha aplicado políticas antisociales e indiciariamente delictivas hacia el resto una sociedad que reclama, cuanto menos, un resarcimiento de todo el daño causado.
 
Pese a que hace relativamente poco tiempo que se nos reconoce nuestra condición como acusación en esta pieza separada, vamos a exigir que se repare el daño causado, que los responsables no eludan la acción penal y que se desenmascare a quienes han llevado a que toda la sociedad haya pagado colectivamente las deudas generadas por sectores minoritarios, defendiendo también, los derechos de las y los trabajadores que fueron despedidos en una salvaje reestructuración del sector financiero, con la aplicación del citado ERE.
 
La CGT se ha personado como acusación particular en este caso por entender que en el mismo hay graves responsabilidades de los antiguos directivos de Bankia, que no sólo se llevaron enormes sumas de dinero, mediante las famosas tarjetas blacks y otras argucias, así como de los partidos y sindicatos, supuestamente de izquierdas, que en lugar de depurar responsabilidades han seguido manteniendo en cargos orgánicos a varios de los acusados de apropiación indebida de fondos de una entidad rescatado con fondos públicos.

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