En "la democracia española" se han aprobado dos amnistías fiscales: La primera, en 1984, con Miguel Boyer al frente de Economía y la segunda, en 1991, con Carlos Solchaga en ese ministerio.
Dados los precedentes, y teniendo en cuenta que en el último caso no funcionó según lo previsto, ya que Felipe González tuvo que subir el IVA en los Presupuestos de 1992, se entienden las duras críticas con las que ha sido acogido este tercer indulto fiscal.
Los Inspectores de Hacienda y los Técnicos del Ministerio están en contra.
Los primeros ven "paradójico que a los que pagan impuestos se les suban y a los que no, se les perdonen" y han insistido en que "dificultará enormemente la lucha contra el fraude".
Los segundos avisan de que la regularización "enjuagará" la comisión de delitos fiscales "a precio de saldo".
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