El viernes 30 de marzo, un día después de la Huelga General contra la Reforma Laboral y el Pacto Social, el consejo de ministros ha aprobado los prespuestos de 2012, con un tijeretazo de 27.300 millones de euros para reducir el déficit público hasta el 5,3% del PIB y contentar a banqueros, especuladores, mercados, unión europea...
En el apartado de ingresos, el gobierno ha aprobado una amnistía fiscal para aquellas personas y empresas que han defraudado a Hacienda, haciendo que blanqueen su dinero pagando sólo el 10%, garantizándole su confidencialidad, obviamente, mientras que el resto de personas decentes pagamos un mínimo de tres veces más. Con esta amnistía, el gobierno prevee ingresar 2.500 millones de euros renunciando a perseguir el fraude fiscal que está cifrado en 75.000 millones de euros según fuentes de los inspectores de Hacienda. Por otra parte, reducirá las deducciones a los impuestos de las empresas para lograr que las grandes sociedades paguen algo más. Así mismo, subirá el impuesto al tabaco, el recibo de la luz, el gas, el butano, la gasolina, la justicia si se recurre a la segunda instancia...
En el capítulo de reducir gastos, los presupuestos plantean una reducción del 17%, lo que supone 13.406 millones de euros menos. Destacan los recortes en los ministerios de educación (21,2%), en sanidad (13,7%), agricultura (31,2%), industria (31,9%), fomento (34,6%), hacienda (22,9%), ministerio de exteriores (54,4%), mientras que los que menos reducen son el ministerio de defensa (8,8%) e interior (4,3%).
Es decir, se mantendrá prácticamente la inversión en el ejercito y la policía mientras que se reduce drásticamente el presupuesto para educación, sanidad, fomento, formación, investigación, inversiones públicas, políticas activas de empleo, reducción ayudas para el acceso a la vivienda y alquiler para jóvenes, integración de inmigrantes, ayudas a la dependencia, congelación del sueldo de los funcionarios, no cobertura de plazas de quienes se jubilan, ayudas al desarrollo.
En definitiva, todos y todas trabajando (quienes tienen trabajo) y recaudando para la banca, los mercados, pagar la deuda y la crisis que han provocado, pagar la usura y la fiesta que una minoría de capitalistas sin escrupulos están disfrutando a nuestra costa.
Ni en los presupuestos, ni en las políticas aprobadas en estos primeros cien días, no hay voluntad política alguna de buscar una salida social a la crisis, de repartir la riqueza y el bienestar, de repartir el trabajo, de perseguir el fraude fiscal, de buscar la justicia social.
Tambien tenemos que tener en cuenta, que en el mes de octubre, plantearán los prespuestos generales para 2013 y tienen previsto reducir el déficit del 5,3% al 3% del PIB lo que supondrá otro tijeretazo de otros 23.000 millones de reducción del gasto público.
Para la CGT, este gobierno no tiene legitimidad para aprobar estos prespuestos o para aprobar la reforma laboral, a pesar de tener mayoría absoluta, simple y llanamente porque es un fraude a la población, un fraude al juego de su propia democracia parlamentaria, dado que ninguno de estos aspectos estaban recogidos en el programa electoral del partido popular.
El 29-M, día de la Huelga General, el pueblo, las y los trabajadores han dicho que no aceptan esta política de reformas, de recortes y de pacto social. Desde la CGT ya estamos trabajando para las próximas movilizaciones y nueva Huelga General en nuestro país y en Europa.
Secretariado Permanente del Comité Confederal
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