jueves, 27 de octubre de 2016

Unísono: Un caso real sobre nuestra salud

Os contamos a continuación un caso ocurrido en Unísono. Una compañera empieza a sentirse mal. Siente un fuerte dolor de cabeza. Un dolor tan fuerte, que hasta se marea estando sentada. Le comenta la situación a su coordinadora. La trabajadora indica en todo momento que no puede desplazarse en tal estado al centro de salud, y solicita que llamen a un taxi o a una ambulancia. En este momento, la coordinadora, que no sabe qué hacer –ya que no existe ningún protocolo para estos casos–, baja a preguntar a Recursos Humanos.
  
Desde Recursos Humanos deciden que no se llama a un taxi. Nadie sale a verla ni a interesarse por su estado de salud.
    
Una compañera del departamento de la trabajadora afectada se ofrece a llevarla en su coche, pero le indican que no puede abandonar su puesto. Si se va, pueden hasta sancionarla. La trabajadora, finalmente, acaba en el Hospital Gregorio Marañón. Le informan de que ha sufrido un ictus. Esta situación tiene consecuencias en su estado de salud que se evidencian poco tiempo después.
    
Desde CGT, en el momento de conocer los hechos, hacemos dos cosas: ofrecer a la trabajadora toda nuestra colaboración, y en segundo lugar enviamos un escrito a Recursos Humanos, siempre con conocimiento de la propia afectada, para que investiguen lo acontecido y justifiquen el porqué de sus decisiones, falta de procedimientos, etc.
    
Recursos Humanos nos contesta, pero no hacen ningún propósito de enmienda ni establecen un procedimiento que impida que vuelva a ocurrir una situación similar en el futuro. En realidad no investigan nada porque ni siquiera hablan con la trabajadora afectada.
    
Además de justificar que no tenían obligación de llamar a ningún taxi, nos indican que la compañera de departamento que se ofreció a llevar a la trabajadora afectada al médico en su coche no podía hacerlo, con la escusa de que dicha compañera "no es personal sanitario". Los taxistas tampoco lo son. Los conductores de metro tampoco lo son. Los conductores de autobús tampoco lo son… ¡Pero alguien tiene que llevar a la gente a los hospitales cuando es urgente y necesario!
    
Sin embargo, en Recursos Humanos sí que se las dan de médicos, ya que deciden qué situaciones son preocupantes y cuáles no, cuando lo que está en juego es la salud de los trabajadores. Desde CGT calificamos de vergonzante toda esta situación. La ponemos en vuestro conocimiento para que toméis nota, compañeros y compañeras. Éste es el tipo de empresa para el que trabajamos. Una vez más se retratan.
CGT Unísono

1 comentario:

  1. A-LU-CI-NAN-TE
    Que la empresa no quiera llamar a un taxi ya es bastante miserable. Pero que nieguen la posibilidad que alguien la lleve por su cuenta puede ser constitutivo de DELITO por partida doble:
    1) Omisión del deber de socorro por parte de la empresa
    2) Instar a otros a cometer un delito (la omisión del deber de socorro)

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