¿Cómo ha sido posible que la clase obrera haya retrocedido, de sus derechos conquistados, al panorama actual?
La idea capitalista de robarle a la clase obrera las pensiones públicas viene de bastante lejos. Alguien diría que puestos a valorar la distancia, viene desde el momento que tuvieron que ceder allá por últimos del siglo 19. Ya en nuestro tiempo, algunos lo comprobamos en plena actividad siendo explotados a mediados de los 70 del siglo 20.
Por estas fechas, recuerdo a un empresario (L.C.F.) de la construcción (yo era enlace sindical) "razonándome" sobre las ventajas que nos reportaría a los trabajadores, si en vez de que nuestras cotizaciones fueran a parar al Estado, lo hicieran a empresas privadas. Me aseguraba que con todo ese dineral que cotizábamos entre ellos y nosotros (empresarios y trabajadores) tendríamos los mejores servicios; refiriéndose de forma concreta, a hospitales y sobre todo a futuras pensiones de jubilaciones.
Por entonces mi formación política era incipiente, con grandes lagunas y por ello pasaba por fases peligrosas en las que te pueden crear dudas y llevarte hacía posiciones contrarias a las de tu clase dejando de defender los intereses de tus compañerxs. Sin embargo, a pesar de las lagunas de formación y conocimiento, la condición de clase, los esfuerzos personales, que muchos pudimos y supimos hacer para aprender (aún con errores) nos dispuso siempre a estar del lado de los nuestros.
Ya a principios de los 80, recuerdo a Antonio Buendía, responsable de Acción Sindical de CCOO en Tarragona, hábil en economía, me comentaba que había leído, en alguna parte, textos que dejaban claro las intenciones del capitalismo para hacerse con el dinero público que atesoraba la Seguridad Social.
En la Ley de Pensiones de 1985 que parió el PSOE, se inicia, de manera concreta, el desmantelamiento del sistema público de pensiones.
¿Cómo ha sido posible que la clase obrera haya retrocedido, de sus derechos conquistados, al panorama actual?
Ahora, no recuerdo bien, si fue a últimos de los 80 o principios de los 90, cuando una compañera, destacada activista del Sindicato, me comentaba con ironía, como podíamos defender las pensiones públicas, oponiéndonos a las privadas, cuando nuestro Sindicato estaba metiéndose en ese negocio.
A día de hoy no todxs sabemos, al menos con plena conciencia, hasta qué punto CCOO y UGT, están hasta los labios de "mierda corrupta", haciendo negocio acosta de una conquista decimonónica que costó mucha sangre y sufrimiento a lxs trabajadorxs que la consiguieron. Sabemos que ambos sindicatos van de la mano, asociados y confabulados, nada menos que con el BBVA, con Telefónica además de alguna otra propia que tienen. Estaría bien conocer los beneficios reales que obtienen, estos dos sindicatos, en esta actividad privada.
¿Cómo es posible movilizar a la clase obrera en la defensa de las pensiones públicas, si las dos principales organizaciones sindicales son parte del negocio de su privatización?
¿Cómo puede puede explicarse que los pensionistas de CCOO y de UGT se manifiesten, ondeando sus banderas, contra los ataques a las pensiones públicas, al tiempo que sus dirigentes están obteniendo beneficios millonarios para el sindicato, por ser accionistas de esos fondos de pensiones privados?
No es suficiente con denunciar a la patronal y al Gobierno en su ofensiva de acoso y derribo de la clase obrera por sus constantes ataques y amenazas de otros nuevos. Hay que dedicar más tiempo a denunciar a las dos organizaciones sindicales que más afiliados y representantes sindicales tienen, por su delincuente colaboración.
Esta actividad sindical vergonzante y aberrante, tan obvia de CCOO y UGT, está encallada ahí, como si fuera una parte normal del funcionamiento sindical. No existe, no ya pleno conocimiento, ni siquiera tenue, de sus afiliados en cuanto a los efectos negativos para sus intereses. Es contradictorio, grave y hasta esperpéntico que, veteranos militantes con muchas canas, aún no hayan tomado conciencia de ese funcionamiento de corrupción, para que en vez de seguir ondeando esas banderas, arranquen su tela y dejen desnudo el palo para mejor uso.
Tampoco es comprensible que todos y todas aquellxs que nos encontramos en las organizaciones alternativas anticapitalistas y revolucionarias, no hayamos sido capaces de llegar a toda esa parte de nuestra clase, poniéndola en su contra y organizándola con nosotros. Tal vez nosotros, no hayamos tomado conciencia, tampoco, como se merece, de la trascendencia que esto tiene.
Precisamente, muchxs de estxs trabajadorxs que militan, sobre todo, en CCOO y en IU, son quienes suelen cabrearse y abroncar a otra mucha gente del pueblo por votar, en elecciones al Parlamento, a partidos de la derecha y de la falsa izquierda como es el PSOE. No se dan cuenta, que ellos mismos están actuando igual, al dar soporte a un sindicato, cuyos dirigentes han pactado el desmantelamiento de las pensiones públicas, así como el de otros muchos retrocesos inscritos en las reformas laborales. Pactos y decretos, que cuando no los han firmado, o no les han dado su visto bueno, los han permitido haciendo la vista gorda. No obstante en esta selva de golfería y traición, de vez en cuando se han visto obligados a convocar "Huelgas Generales" de 12 o de 24 horas, sin continuidad de ningún tipo, para justificarse y lavarse la cara tratando de esconder el mal que están haciendo.
De todas las acometidas y traiciones llevadas a cabo contra la clase obrera, en las que CCOO y UGT han participado, la del saqueo de las pensiones públicas es la más sádica por su crueldad.
Si un día la verdadera democracia triunfara, todos aquellos elementos que han estado y están al frente de los aparatos sindicales de estas dos organizaciones (juntos con los de las patronales), irían a dar con sus huesos en la cárcel.
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