Entre tanto, las partes reunidas en Cancún solamente se comprometen a continuar con las negociaciones, a acometer mayores inversiones en tecnología sostenible (expresión que esconde una contradicción en sí misma) y en distribuir dinero y tecnología en aquellos países que lo necesiten para diseñar y construir sus propios futuros sostenibles, un marco de adaptación que se resume en la aportación de 100.000 millones de dólares dentro de diez años para así conseguir que la temperatura del planeta no suba más de 2º, cuando sabemos que con los 0,8º actuales los desastres ya están en marcha…y con todo esto se vuelven a citar dentro de un año en Sudáfrica. El estado español, representado en Cancún por la nueva ministra de medio ambiente, la misma que antes de salir de excursión a la cumbre declaraba sin tapujos que "come alimentos transgénicos sin problemas", se permite tras su vuelta decir que "nosotros asumimos el reto de disminuir el 30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en base a 1990"… asumimos lo que haga falta, pero no nos comprometemos.
Desde CGT planteamos la urgencia de extender y difundir un discurso alternativo al hegemónico, revolucionario y radical, que sitúe en el centro las necesidades de las personas y no las de los mercados, y que simultáneamente apueste por la defensa de la biodiversidad, la participación social en la protección y gestión de los recursos naturales y el reconocimiento de la deuda ecológica con los países en desarrollo. En definitiva, reclamamos la necesidad de un cambio radical en los modelos de producción y de consumo y la apuesta decidida por la austeridad y el decrecimiento económico en base a criterios de justicia social y reparto de la riqueza y del trabajo para construir una sociedad libre, justa y solidaria.
Secretaría de Acción Social CGT
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