En agosto, reforma exprés de la Constitución para dar el máximo rango legislativo al límite del déficit. Y en navidades, subida del IRPF. "No vamos a subir los impuestos", venía diciendo el PP durante la campaña electoral. Incluso después de ganar las elecciones y durante la sesión de investidura. "No vamos a subir los impuestos". Mientras los españoles preparaban las uvas y a la primera de cambio, extraído del programa oculto del PP, el Gobierno aprueba una subida en el impuesto de la renta.
Por eso, aunque los españoles sean conscientes de esta primera medida "temporal" y "de urgencia" del Gobierno que prevé aumentar los ingresos en 6.275 millones de euros, la decisión ha pasado más discretamente de lo que debería. Porque la medida es relevante y vuelve a hacer recaer el aumento de la recaudación sobre las rentas bajas y medias.
El aumento en los tipos de rentas del trabajo es progresivo: Entre el 0,75 puntos para las rentas más bajas y siete para las más altas. Pero el resultado es, según los técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA), que de los 4.100 millones de euros extra de recaudación por esta medida, 2.065 millones los aportarán entre los que ganan menos de 53.400 euros. Es decir, más de un 50% de los ingresos adicionales.
Se prevé recaudar los otros 2.100 millones con una subida del impuesto de bienes inmuebles (900 millones) y otra del impuesto sobre las rentas del capital (1.250 millones), que también se declara en el IRPF. El Gobierno ha justificado esta subida con una previsión de que el déficit acabe 2011 en el entorno del 8%, dos puntos por encima del compromiso adquirido por España con la UE. El resultado es que si se quiere llegar a cerrar 2012 con un déficit del 4,4% –el fijado por el pacto de estabilidad–, el recorte total ha de ser de 36.000 millones. Por eso, junto a esas medidas de la columna de los ingresos se han aprobado otras para contener los gastos.
Capítulo de gastos
Se congelan los sueldos de los funcionarios y el Salario Mínimo Interprofesional, se incrementan los horarios de los trabajadores públicos, se reducen las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, se recortan las subvenciones para investigación y desarrollo (I+D) y la ayuda al desarrollo, se disminuyen los presupuestos de RTVE y Renfe, se elimina –para nuevos usuarios– la renta de emancipación y las ayudas a la dependencia y se aplaza a 2013 la ampliación del permiso de paternidad. Todo ello para lograr un ahorro de 8.900 millones de euros.
Las otras opciones
"No está en nuestras previsiones cambiar el IVA". Estas palabras del presidente Mariano Rajoy no son una negativa rotunda –como la que utilizaba hasta hace poco más de un mes para referirse a la subida de impuestos ya aprobada–, sino una previsión, un mensaje lo suficientemente ambivalente para dar espacio a los comentarios sobre el impuesto que grava al consumo –por tanto, no discrimina según los niveles de renta– y que ya en su momento incrementó el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Precisamente, y en un escenario de recesión como el que se prevé en 2012, es el temor de frenar aún más el consumo lo que contiene al Ejecutivo para aprobar una subida del IVA. Pero ya hay voces, desde el ámbito financiero, que reclaman ese incremento y lo consideran inevitable.
Y mientras se debate sobre el IVA, se pasa de largo de otras opciones como las SICAV, sociedades de inversión cuya tributación fue modificada por el PSOE pero que siguen permitiendo a los grandes patrimonios reducir la tributación de sus inversiones. La otra pata que sigue ajena al debate son los beneficios empresariales.
Por un lado, está el impuesto de sociedades. Los técnicos de Hacienda consideran que un incremento de la tributación, desde el 30% actual al 35%, de los beneficios empresariales superiores al millón de euros en las firmas que facturen más de 45 millones de euros, permitiría recaudar una cuantía mucho mayor: 13.900 millones de euros anuales, más de un tercio del total necesario. Y es que una de las mayores injusticias fiscales se produce entre el tipo efectivo que realmente pagan las pymes (20%) y el de las grandes empresas (16,9%), según los datos de GESTHA.
Por otro lado están las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE). Sociedades sin actividad que son propietarias de otras filiales y que no tributan. Una vía perfectamente legal por la que cada año escapan de pagar impuestos miles de euros que se mueven entre distintas sociedades de un gran holding internacional. Grandes capitales societarios que, gracias a la ingeniería fiscal, no pagan impuestos en ninguno de los países. IU ha reclamado, en este comienzo de legislatura, su modificación.
Pero, como ha dicho la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, la reforma fiscal es sólo "el inicio del inicio". Y, esta vez sí, es probable que se cumpla: Standard & Poor’s –que cree que los recortes adoptados en la UE son insuficientes– ha rebajado en dos niveles la nota de la deuda española. Las recetas restrictivas (más impuestos al trabajo y consumo y menos gasto público) no se han ganado la tan ansiada confianza de los mercados en los dos últimos años, pero eso no evitará que se siga aplicando en 2012. Vistos los precedentes, habrá que estar atentos a la próxima Semana Santa.
Leído en Diagonal
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