martes, 16 de julio de 2013

El rescate de Rajoy

Mariano Rajoy salió a dar una vuelta por los alrededores de su residencia veraniega, con tan mala suerte que cayó a una presa, y un muchacho del lugar lo rescató de allí.

Cuando Rajoy se vio a salvo, le dijo al zagal:

- Graciash. Me hash shalvado la vida; pídeme lo que quierash.

- Señor presidente -dijo el chico-, sólo quiero que mi ataúd sea transportado en una carroza tirada por seis caballos.

- ¡Por Diosh! ¡Si eresh muy joven! Anda, pídeme otra cosa.

- Bueno, pues entonces, que sobre mi ataúd pongan una bandera, que la guardia de honor la doble y se la entregue a mi madre al final de la ceremonia.

- Que no, que no... Pídeme otra cosa.

- Pues... que la guardia de honor dispare unas salvas mientras me entierran.

- Pero, vamosh a ver, ¿a qué viene esa manía de que te vash a morir?.

- Pues porque cuando cuente en el pueblo que lo he salvado... ¡¡¡me van a matar a hostias, por gilipollas!!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario