lunes, 27 de febrero de 2012

Algunos porcentajes para la patronal

Dice José Luis Feito, portavoz de la CEOE, que "probablemente en el 80% de los casos", los parados rechazan ofertas de trabajo por no moverse de "un barrio a otro de su ciudad". ¿Su fuente? "Probablemente". Ya que Feito parece interesado en la estadística socio-laboral, le paso algunos porcentajes. Los míos son de verdad.

El paro en España es del 22,85% y hasta la autonomía con menos desempleo –País Vasco, 12,61%– supera la media de la UE. El puesto de trabajo en España que se queda vacante porque no se encuentra a un parado que se quiera mudar hasta allí es un animal mitológico, como el unicornio o el Yeti: aún está por ver.

Los españoles se mueven: A Alemania, a Francia, a Reino Unido y hasta Laponia si es necesario. Una encuesta de Randstad asegura que el 60% estaría dispuesto a emigrar para encontrar trabajo. Muchos lo hacen. Según el INE, el porcentaje de españoles que emigran ha subido un 25%; el 2011 fue el primer año del siglo XXI en que salieron más personas de España (507.740) de las que entraron (417.523).

El problema español no es la movilidad laboral sino el paro y la exclusión social. El 22% de los españoles está ya bajo el umbral de la pobreza (viven con menos de 7.800 euros anuales), según el último informe Cáritas. 580.000 familias han perdido todos los subsidios, además del trabajo.

España es ya el país con mayor brecha social entre ricos y pobres de toda la UE, según Caritas. También somos de los pocos países europeos donde los empresarios –a pesar de ser muchos menos– superan en renta a todos los asalariados juntos. A principios de los años 80, los salarios sumaban en España el 53% del PIB. El año pasado, según el INE, lograron un nuevo mínimo histórico: 46%. Este año caerán aún más. 

IEscolar

1 comentario:

  1. Crónicas de Spainlandia:

    Si muchos son los que a estas alturas aceptan el gran parecido de este expolio económico con el de la Gran Depresión del siglo XX, aún son pocos los que no se han percatado de la gran similitud entre las respectivas situaciones políticas. Tanto el fascismo como el nazismo aprovecharon la extensa desilusión generada en las clases medias por unas izquierdas que se mostraron incapaces de implementar una alternativa real, con las masas detrás, para frenar el robo creciente y suicida perpetrado por las entonces clases dominantes. ¡Qué ardan las avenidas! no era en tales tiempos, ni lo es ahora, una estrategia de finalidad revolucionaria, era y es simplemente una desesperante necesidad de las clases sociales medias y basales. El equivalente a un nicho evolutivo darwiniano que si una especia deja libre otra lo ocupará. Y si las izquierdas lo abandonan, si no satisfacen tal reclamación, lamentablemente otros, ya sin antorchas ni Führer pero con la misma carencia de escrúpulos, volverán y lo harán. No se olvide que el nazismo fue un electo y particular keynesiano: extrajo al alemán de la depresión y la miseria, le otorgó el pleno empleo, le permitió disfrutar de la vivienda... Que ello se alimentara de la vecina sangre y territorio, de la reinstauración de una esclavitud asesina, de la detención preventiva de millones de nuevos parias, de su traslado y aniquilación en una industria diseñada para el exterminio... fueron para ese alemán sólo un "daño colateral" ante el cual debía taparse oídos y nariz y vendarse los ojos. ¡Volverán!.

    ¡Y ya están volviendo!. Incapaces de reaccionar en esa calle que por historia es nuestra y no de ellos, con la boca abierta más allá de nuestras posibilidades biológicas, veremos como a la "matanza de Badajoz", a la cruenta "represión de la bahía de Cádiz", a los civiles asesinados en la "carretera de la muerte de Málaga a Almería" y a un largo, largísimo, etcétera se les niega la condición de crímenes contra la humanidad alegando, para justificar la infamia, que la ley penal no puede aplicarse con carácter retroactivo y olvidando, también para justificar la infamia, que al no prescribir jamás tales delitos, pues nadie legítimamente puede hablar en nombre de la humanidad, toda institución jurídica ostenta la ineludible obligación de perseguirlos "in saecula saeculorum". Es más, y terriblemente más, negando esa aplicación retroactiva al delito de genocidio estarán declarando nulos por vía "de facto" los mismos "Juicios de Núremberg", y absolviendo "post mortem" a todo condenado en ellos por esos horrendos crímenes. Los implacables asesinos de 5.934.000 judíos (1.500.000 con menos de 12 años), de 3.500.000 soviéticos prisioneros de guerra, de 1.900.000 polacos, de 1.670.000 eslavos, de 1.500.000 gitanos, de 500.000 minusválidos (más 300.000 esterilizados), de 200.000 masones, de 15.000 homosexuales (más cientos castrados por orden judicial), de 5.000 testigos de Jehová, de... serán "de facto" declarados "inocentes". ¿Qué haremos las izquierdas cuando semejante aberración de lo Justo vea la luz?. ¿Seguiremos anclados a un sillón y al sueldo de un Parlamento que ya hace tiempo dejó de representar a este pueblo?. ¿Seguiremos anclados a un "bla, bla, bla..." y a un "que me voy a la calle", poniendo el pie en la acera para después volver a retirarlo, salmodiando incesantemente una estrategia que ya hace tiempo todos vemos asimismo como inútil?. ¿Seguiremos convocando movilizaciones atomizadas que por así serlo y por ser dirigidas bajo el indiscutible y cobarde lema del "peace and love" garanticen más cadáveres que victorias y servir mejor al opresor que al oprimido?. ¿Seguiremos...?

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    http://aims.selfip.org/spanish_revolution.htm

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