Tras siete meses de debate y sin imaginar que su trabajo culminaría durante la peor ola de incendios que se recuerda en Galicia, más de 60 instituciones, empresas y asociaciones ecologistas, científicas y económicas han consensuado lo que pretende ser la guía definitiva para salvar el monte gallego. El documento, que la plataforma Cousa de Raíces registró el pasado jueves en el Parlamento gallego como Iniciativa Legislativa Popular, reclama una moratoria en la plantación de eucalipto como la que ha impulsado Portugal, incentivos económicos para plantar especies que no propaguen las llamas y aumentar las franjas de protección antiincendios de los núcleos de viviendas que el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo recortó a la mitad en 2012.
"Es una fotografía muy plural de los intereses en el monte gallego y los ecologistas no somos mayoría", subraya Fins Eirexas, del colectivo Adega, uno de los impulsores de la red. Dos tercios del territorio gallego son puro monte y en las últimas décadas el bosque autóctono, formado por especies frondosas como robles, castaños o nogales, ha sido desplazado masivamente por árboles de crecimiento rápido como el eucalipto y el pino, que surten de abundante madera, pasta y biomasa pero favorecen la propagación del fuego. Y ocurre incluso en los parques naturales, las joyas ecológicas de la comunidad.
Según los datos que manejan los promotores de la iniciativa, a finales de 2016 los eucaliptales cubrían unas 500.000 hectáreas, el doble de lo previsto por el plan forestal que hizo Manuel Fraga en su primera legislatura en la Xunta. Estos árboles se alzan, pues, en el 17% de la superficie de Galicia, mientras que en Portugal rozan el 9%.
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