Cantar de AtoS IT (Versión extendida)
Un día quiso la Empresa
una tal "distribución
irregular de jornada"
calzarnos con calzador.
Pero no salió la cosa
y ese yugo que intentó
imponerse a nuestro cuello,
nuestro cuello lo esquivó.
Así pasaron los años
(mas no muchos, ¡sólo dos!)
con el yugo ese que digo
guardadito en un cajón.
Y después de esos dos años
no preguntes "¿qué pasó?"
porque aún está pasando
lo que entonces comenzó.
En una empresa del grupo
hízose una gran traición;
un convenio más que infame
por la espalda se firmó.
Adivina el sindicato
que nos hizo tal favor:
en el nombre tiene varias
no sólo una Comisión.
No sabemos si hubo tales
en esa negociación;
la conciencia del firmante
ese dato lo guardó…
Si la empresa fuera Roma,
te diría ya que no…
pero no es Roma la empresa
y quizá pagó al traidor.
El citado documento
medio oculto se votó:
conocíanse sus términos...
¡unos sí pero otros no!
No se ocultan ciertas cosas
por modestia o por pudor
pues jamás a algunas caras
asomó ningún rubor.
No hay que negarle talento,
siendo justos, al autor
negarémosle otras cosas:
el saludo y el honor.
¡Fue portentoso el invento,
fue grandiosa la invención!
¡Una jornada de chicle
y un currante acordeón!
Que no estiren todo tanto,
a ver si del estirón
se nos rompe la paciencia
a la menor ocasión.
Hay cosas que son flexibles:
hasta un límite lo son
y pasando de ese punto
te pegan el reventón.
Una carta repartieron
a cada trabajador
pues pensaron "si divides
vencerás mucho mejor".
Desde que hay capitalismo
y por tanto explotación
es el truco preferido
del burgués y del patrón.
Desde entonces todo el grupo
se estremece de pavor.
¿A qué viene tanto miedo,
a qué tanta con…fusión?
El motivo te lo he dicho
en la cuarteta anterior
y no quiero repetirlo
pues decirlo da escozor.
Cuatro fueron las primeras
sociedades que eligió
para el cruel experimento
la taimada Dirección.
Un oráculo sombrío
me inspira la predicción:
las demás irán cayendo
cual fichas de dominó.
Siempre han dicho quienes mandan
que rememos con tesón,
que en el mismo barco vamos
el capataz y el peón.
Un condenado a galeras
y quien le toca el tambor
son hermanos, ¡eso dicen!
No sé si tienen razón.
¡No dudemos ni un instante,
si es naval la situación,
en hacer motín a bordo
y en agarrar el timón!
Capitanes más altivos
ya cayeron, ¡sí señor!
Sólo nos queda un camino
y se llama rebelión.
Genial!!
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