Un total de 695 personas perdieron la vida mientras estaban trabajando durante el pasado 2019, el 3,1% menos que el año anterior. Así lo constatan los datos publicados por el Ministerio de Trabajo este jueves, que reflejan un descenso de los índices de siniestralidad en el conjunto de los trabajadores españoles, aunque también un significativo repunte entre el colectivo de autónomos. Pese a que los accidentes laborales mortales han disminuido, el total de siniestros ha aumentado respecto al año anterior, concretamente el 5,5%; hasta un total de 635.227.
El número de accidentes con consecuencias mortales disminuyó durante el 2019 pese a aumentar el número total de ocupados que están en activo en el mercado laboral. Los sectores con un mayor índice de siniestralidad, es decir, ponderando el número de accidentes según el volumen de ocupados, continúan siendo la construcción y la agricultura. No obstante, los accidentes se han reducido este 2019 de manera significativa entre los trabajadores de este ramo; pasando de un índice del 11,5 en el 2018 al 8,3 en el 2019. La media se situó en el 3,1; cuatro décimas menos que en el ejercicio anterior.
La nota negativa de un balance que, en su conjunto mejora en cuanto a mortalidad, la ponen los autónomos. De los 695 trabajadores fallecidos el año anterior, 74 de ellos eran ocupados por cuenta propia. Un número 3,5 veces más alto que el del año anterior, cuando fallecieron un total de 21 trabajadores autónomos.
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Echo en falta la pertinente perspectiva de género en la noticia.
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