Este es el correo que hemos mandado, el día siguiente del suceso, a nuestro Director General:
Estimado Sr. Lozano,
Como representantes de los trabajadores, nos gustaría recibir una explicación de la actuación del Sr. Hornos ayer tarde cuando echó del auditorio e impidió la asistencia a la sesión a una trabajadora, delegada de esta sección y miembro del comité de empresa que, habiendo solicitado previamente su asistencia y siendo ésta denegada supuestamente por falta de plazas, esperó hasta el inicio del acto para ver si quedaban plazas libres y poder asistir.
Siendo éste un acto al que fuimos invitados todos los trabajadores, no comprendemos la razón de que el Sr. Hornos le dijese que se fuera de allí porque él no la iba a dejar entrar aunque quedaran plazas libres. Y que, finalmente, la dirección prefiriera cerrar las puertas y dar inicio al acto, con plazas aún libres, antes de dejar que una trabajadora asistiera al mismo. Y no vale la excusa de que las sillas estuvieran reservadas para unas personas que ya llegaban manifiestamente tarde, dándoles más derecho a asistir que a una compañera que estaba allí esperando.
Tampoco entendemos qué quiso insinuar el Sr. Hornos, allí mismo, al decir que había dos miembros más del Comité de Empresa que habían solicitado asistir y que tampoco habían sido invitados ¿Acaso las solicitudes de asistencia las gestionó directamente el señor Hornos tratando las de los miembros del Comité de Empresa de forma diferente y no como las de un trabajador más?
Y para finalizar, nos parece ridícula la infantil necesidad de mentir aludiendo a una supuesta lista de espera del último minuto que se inventó el Sr. Hornos para hacer desistir a la compañera de permanecer en la puerta hasta el inicio. Por cierto, que fue la única expulsada de la sala aunque había alguna persona más que no había ni solicitado su asistencia.
Creemos que este tipo de actitudes dicen mucho de la cultura y valores que esta empresa trasmite y de la política que sigue con su personal. Los hechos dicen mucho más que todas las palabras y los carteles que se ponen.
Una explicación razonable de lo sucedido y una disculpa sería lo mínimo que puede hacer la dirección de la compañía para distanciarse claramente de ese tipo de comportamientos y evitar que vuelvan a ocurrir escenas como la provocada ayer por el Sr. Hornos ante muchos trabajadores de la empresa.
Salud,
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