Es bien sabido que, en el Día del Trabajo, se conmemora la figura de los conocidos como los mártires de Chicago, unos anarcosindicalistas que fueron ejecutados en los Estados Unidos.
Participaron en los días de lucha para alcanzar las jornadas laborales de 8 horas, que tuvieron como origen la huelga del 1 de mayo de 1886, y que alcanzaron un punto culminante cuatro días después, el 4 de mayo, en la revuelta de Haymarket. Desde entonces, el 1 de mayo se ha conmemorado como un día de lucha, un día para reivindicar los derechos de la clase trabajadora.
Este año, sin embargo, este día de lucha debe ir más allá de las reivindicaciones tradicionales, ya que debemos recordar cómo la crisis del COVID-19 está afectando a quienes viven en las periferias de nuestras sociedades, a quienes tienen empleos temporales, a los y las riders, a las personas sin hogar, migrantes y refugiadas, a las personas presas, dependientes, mayores, etc.
Ante las medidas gubernamentales, adoptadas por la misma gente de siempre, el apoyo mutuo y la solidaridad –valores que han definido el anarcosindicalismo– deben prevalecer, ahora más que nunca, entre las personas trabajadoras y en los barrios, así como en cualquier tipo de relación social.
Debemos tener presente, además, el ideal de la auto-gestión de los centros de producción.
Debemos permanecer alerta ante el cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo que va a causar esta pandemia. Que los trabajadores y las trabajadoras tomaran el control de los lugares de trabajo y de su gestión podría ser una solución a este problema.
La Coordinadora Rojinegra se mantiene unida por las reivindicaciones que tradicionalmente asociamos a este día, aquellas que, aunque no sean nuevas, no deben ser olvidadas; y es que, ante esta pandemia, los problemas de la clase trabajadora tienen, más que nunca, una dimensión necesariamente internacional:
• Un sistema sanitario universal y públicoCuando terminen los confinamientos, iremos a la Huelga y tomaremos de nuevo las calles para reivindicar que las empresas desarrollen las medidas necesarias para preservar la salud de sus trabajadores y trabajadoras y para prevenir los accidentes laborales. Reivindicaremos también que las leyes represivas y liberticidas sean revocadas y que dispongamos de los presupuestos necesarios para garantizar servicios públicos de calidad para todos y todas, incluidas las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.
• Una renta básica o la prohibición de los despidos y el mantenimiento de los salarios
• Ayudas económicas a personas dependientes, mayores y vulnerables
• Pensiones dignas
• Fin de la represión y la defensa del derecho de Huelga
• Rechazo a las reformas laborales que precarizan las condiciones de trabajo
• Medidas reales para luchar contra el machismo imperante en nuestras sociedades
¡Viva el 1º de Mayo!
¡Viva la clase trabajadora!
SAC, CNT-F, USI, ΕΣΕ, IP, SO and CGT
Red Black Coordination
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