martes, 27 de agosto de 2013

MHusson: "Bajar salarios para crear empleo nunca ha funcionado y es una estafa"

Michel Husson (Lyon, 1949) es un economista y estadista francés, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IRES). Destaca por su visión marxista de la realidad económica, como muestran varios de sus libros. Fue durante varias décadas militante de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) de Francia y sus textos son referencia para la izquierda gala.

Entre ponencias y talleres durante la IV Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista, explica a Público su visión sobre la crisis económica, las consecuencias de abandonar el Euro y otras formas de crear empleo sin reducir los salarios.

En su último libro, El Capitalismo en 10 Lecciones, explica las claves de actual sistema y sus diferencias con décadas anteriores. ¿Cree que el capitalismo se está agotando?

Creo que se está agotando en los viejos países capitalistas por una razón fundamental: la pérdida del dinamismo en la productividad del trabajo. Los trabajadores producían más para ganar más y consumir los productos que producían, pero esto se ha perdido al reducirse el nivel adquisitivo.

Sin embargo, se podría decir que este dinamismo se encuentra ahora en los países emergentes. Pero estas dos partes de la economía mundial están estrechamente vinculadas, de manera que si hay un decrecimiento, una recesión casi crónica en el Norte, habrá consecuencias en el Sur, con un modelo donde la fuente de su mercado viene de las exportaciones hacia los países del centro.

Hay que entender la combinación de esos dos movimientos. Lo que está desapareciendo es la legitimidad social del capitalismo, su capacidad de dar una respuesta, en términos de mercancías, a las necesidades básicas de la humanidad. Uno de los rasgos que acompaña a esta falta de legitimad es que el capitalismo funciona en casi todas las partes del mundo con un nivel de desigualdades sociales muy importante.



Muchas de estas desigualdades sociales se están agravando con las medidas de austeridad. ¿Se puede acabar con la austeridad sin salir del Euro?

Mi posición es que para dejar las políticas de austeridad necesitamos una ruptura con las leyes europeas. Si en un país hay un Gobierno de izquierdas que se plantea una ruptura, una pregunta que se haría es si hay que salir del Euro como primera medida que condicione las otras. Yo pienso que no, que es posible una ruptura con las reglas europeas sin salir del Euro y que además la salida a secas del Euro sería un debilitamiento de la relación de fuerzas, porque abriría la posibilidad a los mercados financieros de especular con la nueva moneda.

No hay que excluir la salida del Euro como manera de retomar la sobraría en las decisiones, pero es un arma de último recurso. La idea de que saliendo del Euro todo es posible me parece incorrecta. Prefiero decir que primero hacemos la ruptura [con las políticas de austeridad] y, si es necesario, podemos contemplar la posibilidad de una salida del Euro.

Abandonar el Euro es un debate que se ha abierto, tanto en países del sur como del norte de Europa. ¿Qué consecuencias podría para países como España, Grecia o Portugal; los que más están sufriendo las políticas de recortes?

La primera es la deuda, que está fijada en Euros. Saliendo del Euro vas a devaluar tu moneda y tu deuda aumentará en términos reales de tu propia moneda. Se puede cancelar o reestructurar parte importante de la deuda sin salir del Euro y con desde una posición con más fuerza.

La segunda consecuencia es más técnica, y es que supondría un peligro real en el ciclo devaluación-inflación-austeridad salarial para impedir una inflación descontrolada.

La tercera es que sería una solución no cooperativa que retomaría la competitividad con otros países para ganar más mercados. Esto no es una opción para el conjunto de los países implicados, porque si todo el mundo devalúa su moneda, nada va a cambiar. Hay que buscar opciones cooperativas que puedan englobar a la Europa en su conjunto.

En el contexto actual tenemos unos índices de paro muy elevado. Se pide una reducción de salarios para crear empleo. ¿Qué alternativas plantea para reducir el nivel de desempleo?

Hay dos soluciones de fondo que, a nivel histórico, han probado que las cosas funcionan. La primera es la reducción del tiempo de trabajo, es decir, una redistribución a los asalariados del aumento de productividad en forma de reducción de la jornada laboral. A nivel histórico siempre hubo luchas sociales por ello y hoy trabajamos la mitad que en el siglo XIX.

La segunda medida es crear empleo de la nada en los sectores donde hay necesidades sociales o ecológicas. Es la idea de una intervención pública.

La idea de bajar salarios para crear empleo nunca ha funcionado y es una estafa. Cuando se observa a los países del Sur de Europa -Grecia, España y Portugal, no así Italia- vemos una reducción muy fuerte del costo salarial, pero la contrapartida no es una mejor competitividad en términos de precios a la exportación, sino un aumento de las tasas de beneficio.

Otra de sus propuestas es que el Estado sea el último garante del empleo. ¿En qué consiste?

La idea la planteó el economista Hyman Minsky, que escribió una crítica al keynesianismo vulgar que pide más crecimiento para tener más empleo. Según él, esto no es suficiente y piensa que el Estado debe compensar y crear empleos. Creo que es una visión potencialmente anticapitalista porque es contraria a la idea de que para que exista un trabajo éste tiene que ser rentable. Si hay fuerza de trabajo disponible hay que usarla para satisfacer las necesidades aun cuando no sea lo más rentable. Es una definición de eficiencia diferente a la que plantea el capitalismo.

Sin embargo, vemos como en España se privatizan servicios públicos como la Sanidad, se despiden a profesores, en Grecia y Portugal se cierran empresas públicas ¿Es esto un síntoma del agotamiento del capitalismo?

Sí. De cierta manera es una compensación que busca el capitalismo, reintroducir todo lo que estaba fuera de la lógica de mercantilista. El capitalismo trata de crear de nuevo mercancías donde habían desaparecido, me refiero a servicios sociales. Se puede decir que trata como mercancía incluso la propia fuerza de trabajo. Todas las reformas del mercado de trabajo buscan hacer de la fuerza de trabajo una mercancía como cualquier otra, tratándola como si respondiera a las leyes de la oferta y la demanda.

En las diferencias que apunta entre el capitalismo actual y el de épocas anteriores, destaca que ahora se busca obtener más valor a través de las finanzas. ¿Qué ha supuesto este cambio?

La teoría del valor-trabajo dice que sólo el trabajo produce valor. Por lo tanto, es una ilusión pensar que las finanzas pueden crear valor. En las empresas se habla de creación de valor mediante el accionariado. En realidad no es creación de valor, sino una captación, el valor se crea con el trabajo y el sector financiero de cierta manera capta este valor a costa de los asalariados.

Si seguimos aplicando las medidas  actuales, ¿cuándo podremos ver el final de la crisis?

Hubo dos décadas de acumulación de deuda y, si tenemos que pagarla mediante políticas de austeridad y programas que van contra el Estado social, tendremos tantos años de crisis como se necesitaron para acumular semejante deuda. Es una idea sencilla que ya planteó algún economista. 



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