domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Por qué Washington y Londres quieren atacar a Siria?

Los mercados han iniciado un nuevo período de liquidaciones con las malas noticias que provienen de Siria y la amenaza de una intervención conjunta de Washington, Londres y París contra el régimen de Bashar Hafez al-Assad. Aunque no existe ninguna prueba de que fue el régimen sirio el que provocó la muerte por armas químicas de 355 personas, ya Estados Unidos ha dictado sentencia y culpa a al-Assad de atentar contra su propio pueblo. Con esto, Obama sigue los pasos de su predecesor en las contiendas bélicas del Medio Oriente, y así como Bush aseguró que en Irak habían armas de destrucción masiva, ahora Obama (premio Nobel de la Paz) señala que Siria tiene armas químicas, sin que exista ningún informe que lo demuestre.


Como siempre, estas circunstancias avivan el fuego de los especuladores, que juegan a amplificar los hechos provocando importantes volatilidades en los mercados. Por ello, mientras el precio del oro y el petróleo se movieron al alza, los indices de los bancos y empresas se fueron a pique. En estos conflictos solo ganan las empresas de armamentos. Pero como gran parte de su comercio lo hacen vía tráfico de armas y en paraísos fiscales, no hacen más que alentar el lavado de dinero, una técnica que dominan los principales bancos del mundo.

En estas circunstancias los inversionistas abandonan los activos de riesgo y se pasan a los activos más seguros. Por ello, el DAX alemán sufrió su mayor pérdida diaria en siete semanas (-2,3%) y retornó a 8.243 puntos; el IBEX se deslizó un 3% y volvió a los 8.394 puntos, en su mayor caída desde junio. La bolsa de Londres cayó -2,34% y al otro lado del Atlántico el Dow Jones se deslizó -1,14%. La gran mayoría de las bolsas mundiales reportaron pérdidas. A su vez, las primas de riesgo experimentaron un significativo repunte

Las bolsa española cayó arrastrada por el desplome del sector bancario. La banca enfrenta una precaria situación de financiamiento y la posibilidad de una escalada de violencia en el medio oriente agita los temores, dando cuenta de la debilidad de este sector en el entorno global. Popular encabezó las caídas con un descenso de -7,68%, seguido por Sabadell con -6,36%, Bankinter con -5,91%; BBVA con -3,73%, Santander con -3,68% y CaixaBank con -3,23%.

El riesgo de una acción militar en Siria a cargo de Washington no es sinónimo de nada bueno dado que Estados Unidos sigue la tónica de esas malas películas del oeste donde se dispara primero y se pregunta después. Estados Unidos primero acusa y luego fabrica el libreto de acuerdo a sus conveniencias envolviendo a muchos países que aún creen en su bola de cristal. Baste recordar a los países que envolvió en la guerra de Irak con el pretexto de las armas de destrucción masiva que nunca existieron. Mejor ni nombremos al presidente que llevó a España a esa guerra, con un inútil costo en vidas humanas y un colosal derroche financiero.

Como señalamos en Los riesgos que explican el desplome del crédito y la inversión, es normal que los inversionistas huyan de los países que apuestan por la guerra y se vuelquen al oro, el petróleo o el yen japonés, tres de los recursos que ayer experimentaron repuntes significativos. La moneda japonesa es considerada como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre y esto lleva al descenso de otras monedas. El precio del oro subió casi un 2 por ciento, a 1,419 dólares por onza troy y la prima de riesgo de todos los países europeos alcanzó sus niveles más altos en 15 días.

Siria posee un importante volumen de reservas de petróleo que asciende a 2.500 millones de barriles, cuya explotación está reservada a las empresas estatales. Gran parte del interés de los países occidentales es apropiarse de estas reservas de crudo junto a los enormes yacimientos de gas que posee el país y que podrían abastecer a toda Europa por décadas. Estos yacimientos aún no están en explotación y es parte del valioso botín que ansían Washington y Londres. Como siempre, son los intereses económicos y el enorme valor de esas reservas estratégicas, y no los derechos humanos ni los 355 muertos por las armas químicas (en el último año han muerto más de 90 mil personas que no han inquietado al gobierno de Obama) los que mueven toda la maquinaria bélica de Washington, que ya tiene en la zona cuatro buques de guerra portadores de misiles como el USS Ramage, el USS Gravely, el USS Barry y el USS Mahan.


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