Mientras, se protege a los que han esquilmado el dinero público con largos procesos y leves condenas en relación con delitos mucho más graves que un tartazo. En Francia (donde se cometieron los hechos) no tiene más consecuencia que una multa, aunque el merengue sea contra el mismísimo Presidente de la República.
Violencia es juzgar lo que es, o debería ser, una simple falta administrativa en un Tribunal como la Audiencia Nacional. El objetivo es amedrentar a la población para ahogar cualquier protesta ante los desmanes de políticos corruptos y multinacionales rapaces.
Rechazamos esta injusta y desproporcionada condena y seguiremos levantando nuestra voz, codo con codo, con todas las personas que defienden con dignidad los derechos de los pueblos.
Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT
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