lunes, 15 de abril de 2013

El gran despilfarro: 10 proyectos con dinero público repletos de sobrecostes

El afán de protagonismo de muchos alcaldes, presidentes autonómicos y ministros ha llevado a la realización en los últimos años en España de numerosos proyectos cuya viabilidad o utilidad pública no es, en muchos casos, ni siquiera planteable en la mayoría de países de nuestro entorno.

Podrían considerarse como los restos de un pasado no muy lejano marcado por el despilfarro de dinero público sin ningún tipo de control por parte las instituciones competentes. El aumento paulatino en el coste de las obras, la escasa utilización posterior y el cierre o venta del proyecto son el denominador común en muchos de ellos.

Estos son algunos ejemplos de la pésima gestión por parte de los políticos de los recursos públicos:
 

La Ciudad de las Artes y las Ciencias. En plena fiebre del ladrillo a finales de los años 90, la Generalitat Valenciana ideó un megaproyecto cultural y lúdico en el que puso al frente al polémico arquitecto Santiago Calatrava. Aunque el complejo tenía un presupuesto inicial de 308 millones de euros, el Gobierno de Francisco Camps terminó desembolsando 1281 millones de euros, lo que supone un gasto extra de casi 1.000 millones. Especialmente llamativo es el caso del edificio de la ópera, más conocido como el Palau de les Arts, que ha tenido un coste de 382,5 millones de euros, una cifra que ya supera todo el presupuesto previsto para el megaproyecto. Solo en los honorarios de Calatrava, la Generalitat se gastó 94 millones de euros.

La Ciudad de la Cultura. La historia de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, ubicada en el Monte Gaiás, es un verdadero desfase arquitectónico y presupuestario. La idea empezó a tomar forma en 1999 con Manuel Fraga como presidente de la Xunta de Galicia. Su coste inicial se presupuestó en 108 millones de euros y fue diseñada por el prestigioso arquitecto estadounidense Peter Eisenman. El proyecto, que ya ha consumido casi 400 millones de euros, no se terminará. La Xunta ha decidido paralizar definitivamante la construcción de los dos edificios que quedaban aún pendientes. Solo su mantenimiento anual ronda los 1,5 millones de euros. 

La Caja Mágica. Fue uno de las obras estrella de Alberto Ruiz-Gallardón en su fallida apuesta para que Madrid albergarse unos Juegos Olímpicos. El pabellón polideportivo iba a tener un coste de 120 millones de euros y la factura terminó ascendiendo a 294 millones. Ha tenido un sobrecoste de 174 millones de euros, dos veces y media más de lo presupuestado.

La Exposición Internacional de Zaragoza. El evento que en 2008 giró en torno al agua y al desarrollo sostenible ha sido uno de los proyectos de mayor inversión y sobrecoste de los últimos años. Duró tres meses, costó 2.250 millones de euros y presentó sobrecostes como los del pabellón puente (34 millones), el del Pabellón de Aragón (15 millones), el de la Torre del Agua (13 millones). El más destacado ha sido el del Palacio de Congresos, que alcanzó los 36 millones. El montante total se repartió en 700 millones de euros de inversión directa y 1.550 millones en infraestructuras. En total, dejó unas pérdidas de 502 millones de euros, según el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas.

Fórum de Barcelona. La Ciudad Condal acogió en 2004 el Fórum Universal de las Culturas, un evento que dejó un impresionante legado arquitectónico y una elevada factura económica para las arcas públicas. Inicialmente se cifró el precio de las obras en 2.190, pero finalmente el Ayuntamiento de Barcelona reconoció que la inversión final fue de 3.270 millones, más de 1.000 millones más. Llama la atención el elevado sobrecoste final del Edificio de Fórum, el emblema del proyecto, cuya  construcción se estimó en 48 millones de euros y acabó costando 134 millones.

'Setas de la Encarnación'. El proyecto del Metropol Parasol, conocido popularmente como las 'Setas de la Encarnación' debido a su ubicación en la plaza sevillana de la Encarnación, fue adjudicado al alemán Jürgen Mayer en 2004 por un presupuesto inicial de 33 millones de euros. La cantidad fue creciendo poco a poco debido a modificaciones y retrasos hasta alcanzar los 123 millones de euros. En su inauguración en marzo de 2011, el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, justificó así el sobrecoste de casi 100 millones: "Pretender vivir mirándonos a nosotros mismos y hacer lo que siempre hemos hecho es estar lejos de la realidad".

'Ciudad del Circo'. El surrealismo alcanza un grado supremo en Alcorcón con el Centro de Artes de Alcorcón (CREAA), más conocido como 'Ciudad del Circo'. El proyecto del alcalde socialista Enrique Cascallana, que incluye un auditorio, un circo estable y un área de congresos, entre otros, se presupuestó en 120 millones de euros y las obras, aún no finalizadas, acumulan ya un sobrecoste del 40%. El proyecto ha significado, además, la demolición de una biblioteca pública y la desaparición de una de las zonas verdes más importante de la ciudad.

La Ciudad de la Luz. El complejo industrial de cine alicantino pretendía convertirse en una especie de Hollywood español. Eduardo Zaplana fue el principal valedor de un proyecto que hoy en día está en venta. Se iban a invertir 100 millones de euros, pero su coste final alcanzó los 350 millones, según ha reconocido la propia Generalitat Valenciana. Desde 2005, apenas se han producido unas 60 películas en sus instalaciones. El PSOE denunció en 2012 que en las cuentas de la Ciudad de la Luz hay varios pagos en los años 2006 y 2007 por valor de 1,2 millones a una empresa para la realización de unas películas que en 2011 no se habían estrenado. El caso más llamativo es la inversión de 4,7 millones en la película Astérix en los Juegos Olímpicos.

Línea AVE Toledo-Cuenca-Albacete. La rentabilidad es un concepto que no se puede asociar hoy en día a la alta velocidad española, ya que no existe suficiente demanda por parte de los usuarios para amortizar el alto coste de las infraestructuras —España, con más de 3.000 km, es el segundo país del mundo con mayor implantación de la alta velocidad, solo superado por China—. Sin embargo, la línea de AVE Toledo-Cuenca-Albacete, ya suprimida, clamaba al cielo. Cada día se subían a esa línea directa solo nueve viajeros de los 2.190 potenciales para ambos sentidos. El coste del servicio suponía para las arcas del Estado unos 18.000 euros al día.

El aeropuerto de Ciudad Real. Como ha ocurrido con la alta velocidad, la proliferación de aeropuertos en los últimos años —en España ya hay 48 y la mayoría son deficitarios— ha provocado la construcción de muchas instalaciones cuya utilidad pública es más que cuestionable. Es el caso de varios aeródromos como el de Burgos, el de Badajoz o el de Castellón. Este último llama mucho la atención debido se inauguró en marzo de 2011 y aún no está operativo despues de gastarse en su construcción 150 millones de euros. La Generalitat ha anunciado que podría empezar a funcionar a finales de este año. Pero si uno se lleva la palma es el de Ciudad Real, que abrió en 2008, cerró el año pasado y está a punto de firmar su liquidación total después de una inversión de 1.100 millones de euros. 


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