sábado, 19 de octubre de 2013

El mono aprieta

Rajoy miente, Montoro miente, Guindos miente, Sáenz de Santamaría miente, Cospedal miente, Carlos Floriano miente, Ruiz-Gallardón miente, Ana Mato miente, José Ignacio Wert miente, Fátima Báñez miente…

La relación del PP con la mentira es la del toxicómano con la droga. Vive para ella, alrededor de ella, solo piensa en la dosis próxima.

Por eso los salarios no bajan, ni desfallece la igualdad de oportunidades, ni se recortan las pensiones, ni Bárcenas trabajó con nosotros, ni hay 7.000 mamografías en lista de espera, 7.000, ni existe el copago dentro o fuera de las instalaciones hospitalarias, ni se envía a los dependientes al moridero.


Si fuera necesario asegurar que es de día cuando evidentemente es de noche, juraríamos ante la Biblia que hace un sol radiante. Todo depende de lo que apriete el mono y les podemos asegurar que el mono aprieta.

Cuando Rajoy dice en Japón que Fukushima no supone riesgo radiactivo alguno mientras entre sus zapatos corre un líquido fosforescente, no es por capricho. Lleva, entre viajes y cambios horarios, más de 48 horas sin mentir. A ver qué drogadicto aguanta eso.


Los ministros y los responsables del partido se pasan las mentiras unos a otros como el que pasa una papelina por debajo de la mesa. Pero guardan las más puras para sí. De ahí que muchas de estas mentiras estén adulteradas, cortadas y que suenen a chiste. Pero valen para salir del paso al modo en que un trago de colonia puede aplazar la ingesta de coñac o la colilla de la noche anterior ayuda a resistir hasta que abran los bares.

Hay subsecretarios y directores generales que al no tener la oportunidad de mentir ante las cámaras, lo que dobla la eficacia del estupefaciente, se retiran al cuarto de baño y se dicen las mentiras a sí mismos, frente al espejo, como el que desaparece un rato para meterse unas rayas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario